UNA, DOS, TRES… VECES MAS LO MISMO

En recientes declaraciones públicas el Concejal Diego Díaz de Juntos por el Cambio, aseguró que el Código de Ordenamiento Urbano y Territorial de Ramallo (COUT) estaba listo para su aprobación. Aprovechando la emergencia del tema en la agenda política, desde UPVA queremos realizar una serie de declaraciones.

Atendiendo a lo estrictamente técnico, el Concejo Deliberante puede votar el COUT cuando lo desee y con las modificaciones que considere pertinentes, ese es el único sentido al que pueden darse por ciertas esas palabras del edil, pero debemos aclarar a la ciudadanía, que no es esta institución la encargada de dar el visto bueno final, es decir, su homologación, sino el actual Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, a través de la Dirección Provincial de Ordenamiento Territorial. Dicho sea de paso, el Concejal reconoce esta situación, pero las formas en las que se dan a conocer sus declaraciones, hacen necesario resaltar la cuestión.

Debemos recordar que ese organismo ya se ha pronunciado sobre las modificaciones que considera necesarias realizar para considerarlo viable, entre las que cabe destacar la creación de una zona de protección ambiental “sobre la margen del río Paraná a los fines de garantizar el cumplimiento de dicha ley provincial” (Ley de Bosques), es enfático sobre esta cuestión al señalar también, que debe realizarse “un tratamiento de la costa que garantice el acceso público y que contemple las dinámicas hidrológicas naturales”, cosa que hasta el día de hoy nos se ha hecho. Entre muchas otras cuestiones, señalan también la eliminación del parque industrial que se pretende crear desde Comirsa hasta el acceso a la localidad de Villa Ramallo por el camino de la costa (que quedaría de una dimensión de 1170 hs) ya que, en palabras de las propias revisiones efectuadas “no guarda estricta relación de magnitud con las reales necesidades de los respectivos usos” y que “implica el compromiso de un vasto sector costero para usos industriales que podrían localizarse en otros ámbitos del territorio”. Sin mencionar los efectos que tendría sobre el ya saturado camino de la costa, que sumado a la densidad actual del tráfico de camiones, y al inexistente control sobre los pesos con que circulan, quedaría completamente colapsado.

Por todas estas cuestiones, el Código se consideró “imposible de convalidar”. Asimismo señala como requisito la necesidad de realizar consultas a la ciudadanía, cosa que los poderes Ejecutivo y Legislativo han saboteado expresamente, al negarse a votar el funcionamiento de la Comisión creada para reformarlo. Esto significa que de votarse al día de hoy, se trataría de otro Código dibujado al antojo, pareceres e intereses del gobierno de turno y un puñado de empresarios allegados a ellos que resultarían beneficiados. Y esto por no mencionar la falta de asignación de parcelas al crecimiento urbano, que chocaría con la intención de crear nuevos loteos y brindarles, llegado el caso, servicios públicos, cosa que no podrían hacer si el uso del suelo no se corresponde con lo que figura en el COUT.

Formulado en estos términos parece encaminarse a otro nuevo fracaso, y a una nueva pérdida de tiempo para el crecimiento de nuestra localidad. Lo que debe ser pensado de forma integral, participativa y plural, queda restringido a la arbitrariedad de unos pocos y con ello a su invalidación. Ramallo necesita un Código y no se puede perder más tiempo en las mezquindades políticas y los favores personales que lo vienen demorando desde hace más de diez años.

* El texto entre comillas es original de las revisiones enviadas por la Dirección de Ordenamiento Territorial al Municipio de Ramallo.

Comunicado UPVA (Unidos por la Vida y el Ambiente)

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