Ana Blanco, la ramallense que trabaja en importante bodega orgánica de Mendoza

La contadora lleva varios años radicada en tierras cuyanas. Con su finca produce uva que vende a Domaine Bousquet. Ese vínculo le permitió ser parte de esta firma afincada en el Valle de Uco que exporta la mayor parte de su producción a Estados Unidos y Europa.

La bodega es propiedad de Anne Bousquet, hija de Jean, quien en 1997 realizó una de las primeras plantaciones de uva orgánica en el Valle de Uco, Mendoza.

La producción orgánica. “Cuando se habla de orgánico empezás a pensar en el suelo, de que forma hay que alimentar el suelo para que la planta pueda tomar todos los nutrientes en forma natural, con la expectativa que tenés de producción. ¿En qué cambia? En no usar ningún tipo de agroquímicos, o que tengan procesos químicos”. En el manejo, “no hablas de curativos hablas de preventivos, de algún tipo de enfermedad que sabes que puede ocurrir” Y ejemplificó: “Hormigas, se tratan de combatir buscando los hormigueros, haciendo un plano de hormigueros, pero hay una parte de los viñedos que se te van a ir con hormigas. Esa convivencia con un microambiente que se va generando, es como un micro ecosistema que se arma, eso es trabajar en orgánico. Es maravilloso porque de repente empezás a ver cosas que se perdieron, como bichitos de luz luciérnagas, musguitos de algún tipo con color especial”.

Además, “se convive con la maleza, es trabajo muy manual, o se trabaja con siembra interfilar para poder mantener a raya la parte de maleza”.

El crecimiento del mercado. “A mí me pasó que tenía cola de bodegas que querían comprarme la uva, en la zona de Altamira donde estoy trabajando con orgánico. Empezaron a aparecer otras bodegas a trabajar en orgánico y se empezó a expandir”. “Todas las bodegas grandes están teniendo su business en orgánico, la mayor parte de las bodegas. Se está viendo cómo  convertir en sostenible para convencer a más productores para que se conviertan en orgánico”.

Los costos. “Cuanto mas certificado estás, más costos, porque hay un montón de prácticas que involucran mano de obra, es algo que en Argentina ha tendido a bajar un poquito el precio”.

El impacto de la inestabilidad económica. “Una cosecha mecánica cuesta 800 dólares la hectárea. El año pasado, cuando el dólar estaba a  $350 te convenia más la cosecha mecánica, dependiendo de la producción que sacabas. Este año, sin importar la cantidad de uva que vas a cosechar, a mano costaba un 50 por ciento de la mecánica por la depresión de los salarios”.

La producción “es un poco más costosa, pero depende como evalúes el costo. En términos de salud de la planta, de la posibilidad que la planta tiene de afrontar una situación de estrés frente a  un problema climático, ¿quién responde mejor? Te aviso que responde mejor la orgánica”.

La esperanza para el mercado de vinos orgánicos y la humanidad. “Los jóvenes son un puntal para esto, porque los jóvenes están empezando a mirar estas cosas, las nuevas generaciones entienden mucho mas de sustentabilidad y de que  el planeta sea algo mejor para ellos y sus hijos que nosotros, y esto es mundial; entonces, me parece que por ese lado hay un mercado muy interesante que puede crecer mucho más”.

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