«Rosita» FrIas, impulsora del fútbol femenino

Fue la primera mujer de Ramallo en jugar en un equipo de AFA. Su otro gran aporte a la disciplina está relacionado con los primeros pasos de Laurina Oliveros, la actual arquera de Boca Juniors y la selección Argentina.   

Una pasión que vino de la cuna. “Me crie con mis hermanos y sus amigos que eran seis, iba atrás y jugaba con ellos, estaba mal visto. Había dos o tres mujeres en Ramallo, en Villa estaban en el barrio Las Ranas, a los 12 años mis hermanos no me dejaron jugar más con ellos, me prohibieron, después me enteré con el paso del tiempo que no me dejaban jugar porque era tan buena que les hacía pasar vergüenza

Después hizo judo, básquet, pero lo suyo era el fútbol. “Empiezo a ir a Rosario a estudiar Educación Física y ahí se empezó a ver más el fútbol, me vine con la idea de que cuando terminara de estudiar iba a sembrar esto del fútbol femenino en Ramallo. Me empecé a juntar con las chicas de Las Ranas, las familias Alcaraz, Maidana, Luna… entonces empezó a haber campeonatos en Matienzo, Independiente…”

Corrían los años ’90. “Empezamos a participar de los Torneos Bonaerenses, ahí se empezaba a ver más el fútbol en las calles o en las canchas porque los Torneos Bonaerenses comenzaron a aceptar el fútbol,  empecé a dar junto a Glady de Alcaraz de Villa Ramallo, y esto me llevó en el año 2000 a jugar la final de los Bonaerenses con River en menores y cadetes; tenía 30 años.

La primera jugadora de Ramallo en disputar un torneo de AFA con Huracán. “Quedó una amistad con el entrenador de River, Mario Giménez, vuelvo a Ramallo, le hablo por teléfono y le digo que tenía ganas de entrenar, si había alguna prueba de jugadoras. En esa época, él se va a Huracán, en febrero me voy a probar y quedé. Comienzo mi trayectoria en AFA de jugar en Primera División con Huracán en el año 2000. Con el tiempo empecé a llevar jugadoras de acá”.

Después de jugar tres años en el globito, continuó su carrera en Lugano y Renato Cesarini y regreso a Buenos Aires para incorporarse a la UAI Urquiza. En total fueron diez años de mucho esfuerzo porque se entrenaba en Ramallo y viajaba los domingos para jugar los partidos. Su posición en la cancha fue cambiando: arrancó de “10”, arquera y defensora.

Cuando Rosita se incorporó al fútbol capitalino, además de jugar, empezó a llevar chicas de Ramallo. La más conocida es Laurina Oliveros, la actual arquera de Boca Juniors y la Selección Argentina. “Sí, tuve mucho que ver, fui yo la que la llevé a la UAI; no solo a ella, también a Guadalupe Maidana jugó muchos años conmigo, ella también estuvo en la Selección Argentina”.

Todo empezó…“Un año que el equipo (UAI Urquiza) venía a hacer la pretemporada a Ramallo, un jueves estaba bajando los colchones porque el padre Heriberto me prestaba toda la parte de al lado de la iglesia, los salones, para alojar a las chicas y el cuerpo técnico, justo pasa Laurina por enfrente, no la conocía a ella, pero sabía que jugaba al futbol, tena 15 años. Entonces, cuando estoy bajando los colchones la veo y me cruzo. Le digo ‘che, yo sé que jugás al fútbol’, le comenté que este fin de semana venía mi equipo a entrenar, si quería ir a entrenar. Me dijo que sí, le dije que vaya a las 6 de la tarde al Poli así entrenaba con nosotras. Cuando fue al Poli y la vimos atajar, dijimos con Mario: ‘esta chica no para más’. Se notaba. A partir de ahí empezamos a entrenar, yo la entrenaba acá en Ramallo, detrás de la iglesia me había prestado el Padre, yo había conseguido muchas pelotas así que la entrenaba ahí atrás junto con Guadalupe y si no íbamos al Náutico y la llevaba los domingos a jugar a Buenos Aires”.

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