Miguel Albornoz confeccionará cascos fríos para enfermos oncológicos

El instructor lleva adelante las meditaciones guiadas en el Auditorio LIbertador y es el responsable de la ONG Pelucas de Esperanza en Ramallo. Una experiencia vivida con una persona que asistió a una de sus prácticas lo embarcó en este proyecto que tiene como única finalidad ayudar a todos aquellos que estén atravesando un tratamiento de quimioterapia por cáncer. Estos dispositivos impiden la caída del cabello.

Miguel Salvador Albornoz visitó este jueves radio Meta para contar los detalles de su nuevo emprendimiento. En una de sus meditaciones, alguien, que prefirió no identificar con nombre y apellido, le consultó si tenía un casco para una amiga. Él le dijó que no, pero se sintió mal por tener que dar esa respuesta y se preguntó porqué no hacerlos.

Los cascos fríos se construyen con sachets de gel refrigerante. “Son costosos, un casco lleva cinco sachets: dos pequeños para los laterales, en la oreja; y tres grandes en la parte frontal, superior y trasera de la cabeza. Los chiquitos salen entre 4 y 5 mil pesos cada uno, los otros el doble”. Para arrancar, contó con la colaboración de los farmacéuticos Heliner Cámpora, Liliana Parodi, María José Forno y Esteban Anziano.

Dijo también que para un tratamiento medianamente corto, se necesitan aproximadamente siete de estos dispositivos, que se trasladan a la sala de quimioterapia en una conservadora, bien cerrada, con hielo para que no pierdan el frío del freezer donde deben guardarse previamente a una temperatura de entre -18° y -20.

Indicó, además, que el casco se coloca un rato antes de comenzar la sesión y se deja puesto un tiempo más cuando finaliza. Cada uno se usa media hora, después empiezan a perder el frio, la efectividad y es ahí donde deben ser rápidamente reemplazados. Para darle la forma, los sachets van pegados, “montado gel sobre gel, no sobre la costura para que no exista línea o área que no tenga el frio”.

Una vez que comience la producción los dará de manera gratuita. “El paciente lo puede tener todo el tiempo que sea necesario, cuando termina me lo devuelve y veré si está en condiciones, y si es necesario reemplazar un gel se hará y se descarta”. Sin embargo, todavía necesita conseguir el casquete de telgopor que se usa para las pelucas o maniquíes. Una vez que pueda resolver esta cuestión, podrá arrancar con su propia producción. Mientras tanto, desde la ONG “Quimio con pelo” le donaron cuatro cascos. “Dios mediante, el 19 cuando tenga la meditación se lo comunicare a la persona en público que puede contar para su amiga, que tengo lo que me pidió”.

Por último, dejó un mensaje de esperanza y fe para todos aquellos que están transitando esta enfermedad. “Que no bajen los brazos nunca, que no se entreguen, que no se rindan jamás ante esta adversidad. No me quiero poner de ejemplo, pero mi situación es irreversible, no es operable, me lo dijeron los médicos, es un día a día, así me lo dijo la médica, que es mi realidad, que entre comillas es la realidad de todos, el tema es que cargamos con eso que le cambia la vida a toda la familia, a todos. Que no se queden en la vereda del abandono, porque en esto, cuando te lo comunican es duro, es difícil, es muy cruel, te paras en la vereda donde te entregás o donde la luchas; yo pasé ese proceso y salte rápidamente, voy a ir contra de cualquier pronóstico médico”.

“Agradezco cada día de la vida que tengo, agradezco lo que la vida me entregó hasta este momento y sigo para adelante. Es lindo soñar y concretar, y hacer las cosas que la gente le haga bien, por más pequeño que sea lo que hagas”.

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