Juan María Traverso le ofreció una coupe Renault Fuego al vecino que perdió la suya en incendio

Claudio Genoud vivió en los últimos días un par situaciones que alteraron su rutina de chofer de colectivo. El martes por la tarde un incendio en el depósito de la empresa de colectivos de Daniel Martí se devoró un vehículo que cuidaba casi como a un hijo desde que lo compró en 1991. Algunas horas más tarde, el reconocido expiloto de automovilismo le ofreció uno del mismo modelo que tiene guardado en su galpón.

Claudio contó los episodios en radio Meta. Comenzó por el más agradable. “Yo 7:20 siempre salgo de mi casa, con mi cole para ir a trabajar, dejo el cole en el ferrocarril, me bajo, voy caminando y cuando voy llegando al Club Independiente, sale alguien, levanto la cabeza y era “El Flaco”. Le digo: ¿qué haces juan? ¿Cómo andas? (Traverso) Bien, ¿vos? Bien, me dice. Vení que tengo que hablar con vos. ¿Qué pasó? Sentate, me dice. Vamos adentro que hace frio. No, vos sentate acá. Nos sentamos en una mesa afuera, me dice: ‘yo sé lo que te pasó. Ya está Juan, qué va a hacer, hay que ir para adelante… No, no, por supuesto, eso ni hablar, mirá, allá en el galpón tengo una coupe Fuego, le faltan un par de elementos que les saqué para los autos de carrera, anda a buscarla que yo te la regalo. ¿¡Cómo!?, le digo. Sí, andá a buscarla que yo te la regalo. Le digo: pará Juan… se me hizo un matete en la cabeza.  Entonces le digo: Juan, yo iba a las carreras, te seguía por todo el país, te vi ganar, te vi perder, y siempre me emocionaste y ahora me querés hacer emocionar más, ¿¡me querés matar vos!? (risas)… Ya está, vos andá a buscarla que yo te la regalo, armala, cuando puedas, cuando quieras… Entonces le digo: ‘mirá Juan, yo te agradezco de corazón, no tengo palabras, pero quiero esperar un poco, fue todo muy rápido, no quiero hacer las cosas apuradas por ahí te sale algo mal y te das manija. Entonces me dice: ‘Está bien, pero vos cuando quieras te vas con “Guna”, te vas con él, vas a la quinta, la mira y te la traes”.

La dura noticia. “Estaba trabajando, con el cole en Bunge, esperando que salga la gente, y mi señora me llama por teléfono. Es raro porque cuando me llama por teléfono es porque algo pasó. Yo le digo que no me llame nunca porque estoy manejando, no quiero manejar con el teléfono, mas en un cole que llevas gente”. Entonces se produjo el diálogo que nunca olvidará. “Se prendió fuego el galpón. ¿Que galpón? El galpón de Daniel. ¡Qué!, le digo. Sí, se está prendiendo fuego. Tengo el auto, le digo, ¿dónde estás? En casa. Andate para el galpón a ver que pasó. No, que voy a ir si se prendió fuego todo”.

Después de cumplir con el recorrido, acompañado por una inmensa humareda que lo acompañó a un costado como presagio de lo peor, Claudio pudo llegar a destino. “Llegué hasta donde estaba el autobomba, el cisterna grande, y detrás del cisterna miraba y me quería matar. Mi auto, los colectivos de Daniel….”

Patrones como el nuestro quedan ya muy pocos… “Otras de las cosas que para mí es muy  importante, es que Daniel Martí nos aseguró el trabajo. Nos dijo: ‘muchachos, quédense tranquilos que ustedes van a seguir trabajando y cobrando en forma todos los meses como corresponde’. Eso para mi es una alegría al corazón. Porque, pobre muchacho, con tanto sacrificio que ha hecho y está haciendo siempre, porque va a la par de nosotros, nos cubre franco, nos cubre vacaciones… y bueno, tanto yo como los muchachos estamos a disposición siempre”.

Por último, detalló algunas muestras de cariño que recibió tras el triste momento. “Quiero agradecer a toda la gente que me ha apoyado, han venido a mi casa a ofrecerme plata y auto.  Un tipo me dijo, ‘andá a buscar un auto a mi casa, yo tengo dos, traételo’. Otro tipo me llamó y me dijo: ‘¿cuánta plata necesitas para comprar un auto?’ Todo así… Eso no lo hace cualquiera,  te llena el alma”

Cerró con una frase que lo define: “Lo principal es tener salud, trabajo, ya va a venir otro  auto más adelante, hay que ir despacito y por la huella”.

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