Jorge Sabbioni, 50 años de pasión por los fierros

En el Día del Mecánico, conversamos con uno de los legendarios que todavía sigue trabajando en Villa Ramallo. “El taller cumplió 50 años el año pasado, yo este año, el 30 de noviembre, voy a cumplir 50 años de estar adentro del taller”, inicia la charla con radio Meta.

“Empezó mi papá, yo iba a la Escuela Industrial, pero realmente quería saber de motores, lo que era el automóvil o los camiones,  y en el Industrial no aprendía eso, entonces, el 30 de noviembre del ‘73 le dije que no quería seguir más en  la escuela y mi viejo me dijo, ‘te metés al taller”.

Los Sabbioni llevan la mecánica en la sangre. Empezó el papá de Jorge y ahora continúa también su hijo Damián. “Esto es de nacimiento prácticamente, porque  mi viejo trabajaba en Fiplasto, en la fábrica, pero tenía su tallercito de motos que le arreglaba a los amigos y yo de chico me la pasaba ahí haciendo cosas”.

La debilidad no es solo por la atención de autos de calle. “Mi papá empezó con “Marito” García con el karting, y de chiquito empecé a ir con él a las carreras de karting y ya se me metió el automovilismo. Y bueno, es una pasión que tengo y la heredó mi hijo también”.

“A mí me gusta lo que es la preparación de motores. Tuve la suerte de hacerme amigo de Juan José Reybet, un preparador a nivel nacional de Colón, acá de la provincia de Buenos Aires, y me enseñó muchísimo; hasta el día de hoy hablamos y cualquier duda que tengo lo consulto”.

En 50 años de trayectoria, obviamente que hubo cambios en la forma de trabajo. Uno de los aspectos que más resalta es que antes se buscaba reparar, ahora se cambia el repuesto. “Yo digo que mecánicos eran los de antes, como hablamos con “Pito” Piana, que debe ser conmigo de los más viejos que van quedando , que se arreglaban las cosas de los vehículos: se rompió una bomba de agua, había que arreglarla, se rompió una bomba de nafta, había que cambiarle el diafragma, la valvulita…”

“No se descartaba como es hoy en día, que tampoco es fácil, porque está la electrónica que hay que estudiar para eso, tener elementos, antes era todo más manual, y tratar de solucionar el problema con lo que había, antes se buscaba arreglar primero, solucionar con lo que tenías a mano”.

Volviendo a las carreras de autos. “Toda la familia fue toda la vida muy, muy tuerca. Yo tuve la posibilidad, en el año 76, compré un auto y corría conjunto con el Gringo Oggero…. corrí después con un Renault Gordini, después compré un Fórmula, corrí hasta el 96, 97, me parece. Después se hizo grande Damián, qué tal es así que debutó en el auto sin saber manejar el auto de calle. Y bueno, hasta el día de hoy. Si ahora se arma y desarma, hace todo él en su auto, yo lo acompañó nada más”.

El trabajo en aquellos primeros tiempos. “Nosotros venimos de una época de los Chevrolet y Ford que no se rompían nunca, eran unos motores tremendos y grandes… eran autos que volvían para  un cambio de aros y era más que todo mantención de los vehículos, hacerle frenos…”

La contracara. “Lo que sí era muy pesado  hacer los trabajos de caja de velocidades de los camiones, los diferenciales, todo eso sí, trabajamos mucho con los camiones nosotros”.

Jorge tuvo la dicha de trabajar con su papá y ahora hacerlo con su hijo. Una fórmula que no siempre sale bien. “Yo me llevé muy bien con mi viejo y me llevo muy bien con Damián. Tenemos las discusiones lógicas de cualquier ser humano, como todos, pero. me llevo muy bien”.

Algunos modelos de autos que fueron muy famosos y vendidos.

Duna: “Tenías el gasolero y el naftero que tenían  muy buenos  motores, lo único que eran muy flojos de chasis, digamos que se sabían cortar como el 128”.

Renault 18: “Un buen auto, con sus problemas en el bloque de aluminio, que fueron los primeros que salieron prácticamente, que se picaban. Con el tiempo te estoy hablando,  por ahí se picaban abajo  y cuando tiraba la tapa de cilindro se rajaban los blocks”.

Ford Sierra: “Y el Ford Sierra era muy buen auto, con suspensión independiente atrás, con un buen motor, pero lo que tenía el Sierra es que era muy gastador de nafta”.

Muchos elogios, pero también hubo de los otros: “Yo te voy a decir un auto que arreglaba mucho: El Siam Di Tella, se rompía mucho, las cajas, los embragues, frenos…”

Autos eran los de antes hasta que te subís a uno más moderno… “Yo tuve 27 años un Chevy. Me costó desprenderme un montonazo porque había toda una historia, una vida, cosas buenas y feas que habían pasado. Pero cuando me subí a un Passat modelo, no me acuerdo, 90 creo, gasolero, con dirección hidráulica, aire acondicionado, levantavidrios…»

Pregunta del periodista: “¿Y todos los días te levantas con las mismas ganas de ir al taller?”.

Respuesta de Jorge: “Vos sabes que sí, que sí… yo tengo pasión por los fierros, es una cosa que ya creo a veces es por demás, porque he descuidado mucho a mi familia. Con el tema de los autos de carrera, si hasta el día de hoy me gusta venir al taller, me la paso en el taller”.

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