Adiós al»Canoero» Valentini

El creador de canciones inolvidables que dibujan con maestría la vida en las islas y de nuestros pueblos costeros, falleció a los 64 años a causa de una enfermedad terminal que se lo llevó en un suspiro. Había nacido en el Departamento Islas, Entre Ríos. A los 12 años comenzó a componer sin ninguna guía ni aprendizaje, igual que a cantar acompañado por su guitarra. De joven, cuando venía a Ramallo por alguna presentación se quedaba en la casa ( y hasta vivió un tiempo) de Amanda Cariboni, a quien adoptó como una segunda madre y le dedicó una canción.

Estuvo en diciembre del año pasado en el restaurante Portofino. «Yo quise festejar mi cumpleaños que es el viernes en Ramallo y San Nicolás que son las ciudades de mi infancia, de mi vida; el pueblo de mi abuelo, Ramallo; y el de mi padre, San Nicolás”, había dicho en la entrevista con radio Meta. Después se presentó por última vez en el festival de folclore Ramallo Porá, donde las emociones estuvieron a flor de piel.

Sus letras le cantan a la naturaleza, a las cosas simples de la vida, al ser de la zona del Delta y denuncia la contaminación y el maltrato al planeta. Compuso infinidad de canciones, entre ellas: «El agua es la vida», «Tata rey», «El taca taca del motor», «Canción del Caburé», «Los hijos del padre río», «Luna roja del Pavón», «Mi guitarra y tu acordeona», «Nanga Nanga» y «El agua es la vida», donde un pacusito (una de las varias especies de peces de río) hace una encendida defensa de su hábitat: el río.

Fue consagración en Cosquín durante los años 87, 88 y 89. Su obra “El agua es la vida” (el pacusito) ha sido grabada en China e Israel, y propuesta en México para encabezar un disco a nivel mundial en defensa de nuestro planeta. Además, sus canciones están grabadas en países como Holanda, y en Argentina por intérpretes de la altura de los Hermanos Cuestas, Horacio Guarany, Los Musiqueros, Los del Gualeyan, Los Chamarriteros, y muchos otros.

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