Javier Jack: “Le prometí tenerlos cien veces mejor de lo que estaban”.

El piloto y empresario que adquirió todos los autos que el Flaco Juan María Traverso tenía en su quinta, fue entrevistado este viernes por radio Meta. Además, se quedó con las copas, cascos, fotos y el resto de los tesoros que el ídolo del automovilismo tenía en el Galpón. Confirmó que tiene en mente armar un espacio donde exhibirlos, pero todavía no definió cómo va a ser porque fue todo muy rápido y el primer objetivo es ponerlos en condiciones.  

En primer lugar, contó cómo llegaron a sus manos. “Siempre fue un ídolo para mí, para mi familia, mi papá corría, mis hermanos corrían, después  seguí yo con el legado familiar. A través de los autos y las carreras teníamos una amistad con Juan. Un amigo de él, que es amigo mío, me llama y me dice que me quería vender los autos”. Javier estaba en ese momento de vacaciones en Brasil. “Cuando llegué, fuimos  a Ramallo, nos juntamos con Juan, llegué a las 10 y me fui a las 6 de la tarde”.

Su idea era quedarse con algunos, pero lo sorprendió la propuesta. “Fuimos al Club Independiente, nos quedamos un rato largo, nos hicieron lomitos, nos pusimos hablar, yo fui con la idea de comprarle 1, 2, 3 autos, los que más significado tenían para mí”. Pero la idea de Traverso era otra: “Yo quiero que te lleves el galpón completo: los trofeos, las copas, las banderas, los cascos, menos la chapa, llévate el galpón”.

“Él sabía cómo éramos nosotros, mi familia, que nos gusta el automovilismo, sabía lo que estábamos comprando”, dijo Javier.

No supo precisar, pero son entre 20 y 22 autos. “Me dio un (Peugeot) 405 que está a terminar, le faltaban piezas, la Datsun, hay un Lancer que corría con Furlán, que también le faltan cosas, hay muchos autos que le faltan cosas, por ejemplo, el Torino que él corrió, fue la última carrera que ganó y manejo en carrera no tenía el motor y yo moviéndome un poco conseguí el motor que usaba él, lo tenía Busceglia que era el preparador”.

El primer objetivo es ponerlos en condiciones porque “los autos estaban muy bien estéticamente pero con poca mantención, de hecho no arrancaba ninguno”. Todavía no tiene resuelto que formato le va a dar al espacio, pero idea es “que la gente los pueda tocar, revivir, traer un nieto y que le cuente historias, traer el hijo que los vio, como me pasaba a mí”. Porque, “tenerlos encerrados en un galpón no me sirve a mí y no le sirve a la gente, no es la idea”.

Adelantó que se los pidieron para un homenaje en autódromo de Buenos Aires. “El lunes el Gobierno de la Ciudad me pidió 5 autos, los vamos a llevar al autódromo de Buenos Aires para un homenaje”. Y que tiene en mente hacer eventos sociales a beneficio de instituciones, incluso mencionó la posibilidad de incluir alguna escuela de Ramallo. “Estoy viendo, fue todo muy rápido, le prometí (al Flaco) tenerlos cien veces mejor de lo que estaban”.

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