Hugo Bellocchio escribió “Memorias de la Liga Deportiva Ramallense”

El libro se propone dejar grabado para siempre aquel tiempo cuando los equipos del partido de Ramallo, La Violeta y algunos pertenecientes a zonas rurales o parajes, se dieron su propia organización y durante más de una década ilustraron la historia del fútbol local.

Hugo Bellocchio visitó radio Meta para adelantar algunos trazos de su segunda producción, la primera fue «Pérez Millán, Historia de mi pueblo» (1995), que será presentado el 13 de mayo en la peña de los futbolistas, en lugar a confirmar.  

“Hago una  introducción de cómo llego el fútbol a Ramallo, cuando se jugó el primer partido, la conformación de algunas ligas locales que duraron poco tiempo, y hago un desarrollo que,   a través de esos clubs, se fueron generando lugares de participación hasta conformar la liga. Ahí hago un desarrollo año por año de como fue el campeonato, logré tener la estadística del final del campeonato con tabla de posiciones, mi idea es que quede registro de lo que pasó, mi objetivo era ese”.

“La historia de la Liga de Ramallo para mí es muy enriquecedora, porque tiene que ver con el nacimiento mismo de la ciudad de Ramallo, Villa Ramallo y de los pueblos y parajes que existían, porque tenemos que retrotraernos a ese tiempo para pensar que el domingo era el único momento que tenían los jóvenes para pasar un día distinto, sino era todo trabajo y sacrificio”.

“La organización de la liga comienza en el año 1954, marca el crecimiento de Ramallo, los dirigentes estaban abocados a que no solo sea un club de fútbol, sino también que pudieran contener a sus hijos en otras actividades… Piden autorización a la AFA en ese momento y después de dos años logran ser aprobados”.

“En 1956 comienza ese campeonato que lo gana Defensores de Belgrano, lo más importante es que le daba participación a muchos jóvenes de Ramallo, y el hecho de organizarse, tener que contratar referís, los policías… Los referís eran de la Liga Rosarina, hubo un intento de poner referís de San Pedro pero fue negativo porque hubo más desmanes de lo que se acostumbraba”.

No es sencillo recopilar datos de una etapa que ha quedado distanciada del presente, cuyos protagonistas algunos ya no están, y donde solo quedan piezas sueltas de un rompecabezas que solo la pasión puede impulsar a armar.

“Todo lo que me interesa, lo guardo. Tengo un lugar con cosas antiguas, mi mamá también era igual y cuando falleció sabía que todo eso era para mí, había cajas con revistas viejas, recortes, fotos de cuando yo jugaba que guardaba, había una revista que salía acá en Ramallo que hablaba de la liga con fotos chiquitas, a mí siempre  me quedo picando, porque en los primeros tiempos, años 64 y 65, vivía en el campo y había noches que mis hermanos salían a ver qué pasaba afuera y era que estaban esperando que se prendiera la luz de la cancha, como  mi papá era de la comisión, cuando prendía la luz salíamos, y yo era el más chico y no me llevaba. un día le pedí que me llevara, y ese día para mí fue…  eran todos foquitos de luces comunes que cruzaban la cancha, con un tractor John Deer con polea grande, eso propulsaba la energía, ahí se me pegó el fútbol para toda la vida…»

«Y el hecho de estar en contacto siempre con Elsa Machado, en algunos momentos, en el museo, logro encontrar algunas cosas que dejó Orlando Gaeto, un cuaderno donde se fichaban los jugadores…»…»También algunos  libros de acta de la liga, ahí me va diciendo quien fue presidente un año, no mucho más;  y la digitalización del diario El Debate que está en la Biblioteca Zampa, me permite ingresar y sacar datos; como también El Imparcial de San Pedro».

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