El Dr. Rafael Benci recordó sus primeros tiempos en El Paraíso

En el Día del Médico Rural, que en la Argentina se celebra el 4 de julio, el reconocido profesional fue entrevistado por radio Meta. Compartió anécdotas, la motivación que lo trajo a Ramallo y el amor por la disciplina que todavía ejerce.

“Tenía que encontrar un lugar donde no pasara mucho tiempo y trabajara bien. Apareció lo de El Paraíso, que un médico, Reinaldo Donet, vendía el consultorio, quedaba a cargo de toda la gente, más o menos 300 habitantes en lo urbano y casi 2 mil a nivel rural”, rememoró sobre aquellos primeros años de actividad en el distrito.

Años de pocos recursos y mucha pasión. “Lo hacía con ganas, con entusiasmo, era bueno lo que uno estaba haciendo, para lo cual se había formado. El horario de inicio, de descanso… tenía poca vigencia; no había horarios”. En ese sentido, aseguró: “Cuando sonaba el timbre después de las 10 de la noche era una emergencia y no fallaba”.

A la hora de las anécdotas, Benci compartió una que define aquel tiempo en El Paraíso. “Son muchos los momentos vividos, el que más recuerdo, todavía no vivíamos plenamente en El Paraíso, hacía pocos meses que estábamos,  me vinieron a buscar para ver un paciente grave en un paraje que está a mitad de camino entre El Paraíso y Pérez Millán. Cuando voy, me encuentro con el paciente muy grave, el camino estaba atroz, no se podía avanzar, cuestión que me llevan a eso de la 7 de la noche y volví como a las 3 de la mañana. María Aurelia (la esposa) estaba tan nerviosa porque había demorada tanto, que en lugar de decirme: ‘mirá la hora que viniste’…  me dijo, ‘estas son horas de volver…”

También en aquella época se acostumbraba a pagar con algún fiambre casero. “Era un extra eso, un gran médico de San Nicolás, el Dr. Emilio Poggio, un día me dijo ‘no te quejes si te pagan con salamines o bondiolas lo que sea, es un homenaje que te hacen’.

El Dr. Rafael Benci nació en El Trebol (Santa Fe), estudio en Rosario y antes de venir para Ramallo trabajó de pediatra en Firmat. “Me anoticié que había un médico que vendía el consultorio, vinimos con María Aurelia, nos gustó y recalamos. No estamos arrepentidos de eso”.

Lleva más de 50 años dedicados a la medicina. “Sigo trabajando, me gusta, cada día me doy más cuenta que la especialidad que elegí me hace bien”.

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